Es una intervención en la que se inserta un catéter en las vías biliares a través de la piel para conseguir drenar la bilis. Se realiza en personas que tienen alguna obstrucción que impide el paso normal de la bilis al duodeno.
Durante la intervención se utiliza contraste yodado. Se realiza normalmente bajo sedación por lo que requiere la presencia de un anestesita.
Durante el procedimiento se pueden colocar dos tipos de drenajes:
Drenaje EXTERNO: el final del catéter se coloca en la
vía biliar. No se ha podido salvar la obstrucción y la
bilis drenará hacia el exterior (a una bolsa). Este
drenaje siempre permanecerá abierto.
Drenaje INTERNO-EXTERNO: el final del catéter llega al intestino delgado (duodeno) y a través de varios orificios situados en las vías biliares puede drenar el contenido directamente al intestino.
Este drenaje también tiene una parte externa que debe de estar abierta a bolsa al menos las 2 primeras horas tras la intervención. En caso de buen funcionamiento permanecerá cerrada mediante una llave. Si aparecen problemas como ictericia, picores, dolor, fiebre, manchado de apósitos, el drenaje se volverá a abrir a bolsa.
En algunos casos se puede implantar una endoprótesis metálica (stent) que comunica interiormente la vía biliar con el duodeno. De esta manera el catéter se puede dejar de manera provisional hasta comprobar la funcionalidad de la prótesis.
